Restaurante Guanaroca y parador de Lagunillas, su historia

En el trayecto desde Cienfuegos hasta la playa de Rancho Luna por la única carretera que existió hasta los años 50 del pasado siglo, habían varias edificaciones que funcionaban como «Paradores de Carretera», destacándose entre estos el restaurante Guanaroca y el parador Lagunillas

La función de esos establecimientos era prestar servicios gastronómicos a los pasajeros, además de que en uno de ellos existía la posibilidad de abastecer de combustible a los vehículos.

Uno de esos paradores y que hace años dejó de existir, es el que estaba situado en la zona de Lagunillas, a escasos metros del puente que cruza el río.

Otro de esos establecimientos y que se mantiene activo en la actualidad, es el situado también junto a un puente, pero el que está sobre el canal que une a la Laguna de Guanaroca con la Bahía de Cienfuegos y que era muy visitado por los excursionistas a la playa Rancho Luna.

Restaurante Guanaroca

Situado al lado este de la vía de Cienfuegos a la playa Rancho Luna y próximo al puente de «Guanaroca», se encuentra el único de los viejos establecimientos de ese tipo que queda funcionando. El otro que existió en esa zona, pero más cercano a la playa y llamado «Cuba Libre» cerró hace muchos años.

La edificación que actualmente se nombra «Guanaroca», posee un amplio salón en su frente donde están dos mesas con sillas y un banco para los clientes. Cuenta con una pequeña barra desde donde se atienden a los visitantes del establecimiento.

La edificación original es de madera tanto en sus columnas, paredes y techo, el que está cubierto de tejas.

Desde su inauguración en los años 50 del pasado siglo fue muy visitado por los excursionistas a la playa, llamándose en esa época.

El establecimiento tuvo un resurgir en los finales de los años 90 cuando incrementó sus ofertas y la calidad de su servicio.

Parador Lagunillas

Conocida ampliamente por los viejos y nuevos Cienfuegueros, se cree que Lagunillas deba su nombre a estar situada en las proximidades del río Caunao, en una zona donde en época de lluvias se formaban pequeñas lagunas y de ahí el nombre utilizando el diminutivo de la palabra.

Además de sus tierras fértiles, su bello paisaje y su puente que fue de hierro y madera hasta hace cerca de 40 años, el lugar contaba con uno de los paradores de carretera más visitados en el viaje hacia o desde la playa de Rancho Luna.

Sus edificaciones construídas de madera y techo de tejas, albergaban en 1954 a una bodega llamada «Las Brisas de Lagunillas», una bomba de gasolina y áreas dedicadas a bar y restaurante, siendo las empanadas la especialidad de la casa.

Aunque el establecimiento no existe, ni tan siquiera el local que ocupó, quedó inmortalizado en una escena del filme cubano «Aventuras de Juan Quín Quín» filmado en los años 60.

(Fotos utilizadas cortesía del Dr. Lilo Otero).