Jardín Botánico de Cienfuegos

El Jardín Botánico de Cienfuegos fue fundado por el empresario estadounidense Edwin F. Atkins, quien adquirió a fines del siglo XIX la fábrica de azúcar llamada Soledad del muerto.

Las intenciones de Atkins, quien radicaba en aquellas tierras, era crear un centro de investigaciones botánicas que le permitieran mejorar las variedades de caña de azúcar en sus posesiones y obtener otras aún más productivas. En 1901, bajo su patrocinio, se constituye el jardín botánico con el nombre de Harvard Botanical Station for Tropical Reserarch and Sugar Cane Investigation (Estación Botánica de Harvard para la Investigación Tropical y de la caña de azúcar). Poseía entonces, una extensión de 4,5 hectáreas, y sus especialistas procedían de los Estados Unidos.

Veinte años después, árboles, arbustos y especímenes traídas a Cuba desde diversos países poblaron el lugar. En 1919, el propietario azucarero traspasó la dirección del jardín a la Universidad de Harvard, los representantes de esta institución abandonaron el país, Cuba en 1960. A partir de aquel momento, la importante instalación botánica integra el Ministerio de la Industria y de la Universidad Marta Abreu, de la antigua provincia de Las Villas. En la actualidad el jardín es una institución del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cienfuegos.

invernadero del Jardín Botánico

El jardín consta en la actualidad de 97 hectáreas, siete de ellas de bosque natural preservado, en tanto, alberga más de mil 417 especies y de ellas unas 500 son ejemplares únicos, representados en plantas de unos 670 géneros de 125 familias, arbóreas en su mayoría. Según sus especialistas, el 70 por ciento de los ejemplares de la institución botánica es de especies foráneas, procedentes de Asia, África, Oceanía y América.

En el conjunto de sus variedades casi todas únicas, aparecen la colección de orquídeas, con más de 400 especies; la de bambúes, 23, palmas, 280. La pluralidad de las palmas cuenta con especies muy raras, como “la salchicha”, “pata de elefante”, “árbol que camina”, “trampa de mono”, nombres dadas por los visitantes antes las diferentes formas que adopta la planta. Esa extraordinaria colección de palmas – de África tropical hay una que florece cada 25 años – es considerada una de las diez más completas e importantes de América y el mundo.

La siembra en cuadrículas ha permitido al Jardín Botánico cienfueguero sobrevivir a las inclemencias del clima tropical cubano. Numerosos fenómenos naturales han afectado su amplia gama de plantas. En 1903 sobrevivió a una helada, algo atípico en el clima nacional, mientras que en 1911, 1935, 1996 y 2001 fuertes huracanes dejaron sus huellas en las plantaciones, pero todas fueron recuperadas.

fuente: ecured