Quinta La Palma

Quinta La Palma o Quinta de Cabada

Don Emilio Fernández Cabada y Howard, hermano mayor de los Generales Adolfo y Federico y que, a diferencia de estos, no partió a la manigua, se dedicó a los negocios, en lo fundamental, azucareros lo que le permitió apoyar económicamente la causa independentista, además de consolidar una fortuna apreciable para la época.

Residió en la ciudad norteamericana de Filadelfia hasta la muerte de la madre en 1904, que recordemos había regresado a su país natal al fallecer su primer esposo y padre de Don Emilio. Es entonces que regresa a Cuba asentándose definitivamente en Cienfuegos, pero antes, en 1857, había adquirido unos terrenos situados al borde del camino del Junco donde fomentó, a su regreso definitivo a la ciudad, la que fuera la Quinta «La Palma» también conocida como la Quinta de «Cabada»

Aunque la residencia de la familia es la que está situada en la calle de San Fernando, además de la veraniega ubicada en Punta Gorda, Don Emilio pasaba largas temporadas en la Quinta a la que se dedicó por entero durante los últimos diez años de su existencia.

Cuentan que una casona de paredes de madera de dos niveles y con balcón en su segundo piso, era el centro de la Quinta.

 

Lo más notable de la Quinta La Palma

 

Pero lo más notable del lugar lo constituyó sin lugar a dudas, la existencia allí de una amplia colección de especies vegetales. Se dice que llegó a atesorar más de 225 especies de palmeras, una de las cuales recibió el nombre de «Cabada». Todas esas palmeras avalaron el nombre del lugar: «La Palma»

Nos quedaba detrás la pequeña represa que allí existía donde convivían cisnes y patos, gansos y flamencos. Sobre esa represa existían puentes de madera y una casa de baño según las costumbres de la época. También había pérgolas y jaulas para animales exóticos.

Allí se hospedaron figuras notables de la época siendo uno de ellos Mr. Leonardo Wood en momentos en que era el Gobernador norteamericano en Cuba.

Don Emilio dedicó buena parte de su tiempo y fortuna al fomento de la Quinta que se convirtió en un sitio paradisíaco. El falleció en 1914 y su viuda Doña Inés Suárez del Villar en 1926.

A la muerte de ambos, los hijos no lograron ponerse de acuerdo sobre el destino de la Quinta, y ello marcó, desgraciadamente su fin.

El único resto de lo que fuera la Quinta y que aún existe, es el llamado Torreón situado a la entrada del barrio de Junco Sur.

(Utilizados datos aportados en excelente crónica del periodista Francisco G. Navarro)

*Autor del artículo: Cienfuegos y su Historia, publicado en su página de Facebook y reproducido en este sitio con su autorización.

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