UNA LEYENDA EN TUREIRA

Según la tradición, el primer europeo en instalarse en las costas de Jagua fue Joseph Díaz después de 1492 pero cuando Sebastián Ocampo, en su bojeo a la isla, visitó Jagua, ya Díaz residía en Tureira, hoy Punta Gorda.
Díaz mantenía buenas relaciones con los indios siboneyes que residían en la zona y pronto se unió a la india Anegueía con la que tuvo una numerosa prole.
Díaz, seducido por los recuerdos que en su imaginación dejaron las ciudades de Sevilla y Granada, quiso construir un edificio que por su tamaño y arquitectura se pareciera a aquellos. Para ello pidió a los dioses de la mitología siboney y en especial a Jagua, que lo ayudaran a construir el alcázar soñado y por arte de encantamiento surgió un hermoso edificio de estilo mudéjar. Su esposa, que estaba ajena a todo y creyendo que era obra del mal, invocó el auxilio de los dioses logrando su destrucción.
Siglos después, en esos mismos terrenos, se hizo realidad de manera definitiva el sueño de Joseph Díaz.