Mateo Eustaquio Torriente Bécquer

Nacido en Palmira el 20 de septiembre de 1910, Mateo Torriente, pintor y escultor, fue considerado en su momento el más cubano de todos los escultores cubanos.
A los seis años de edad se traslada junto a su familia a la ciudad de Cienfuegos y al terminar la primera enseñanza inicia sus estudios de pintura. Ya en 1931 ingresa a San Alejandro graduandose en 1937 como alumno eminente de dibujo y escultura. En 1938 viaja a Europa y cursa estudios en París perfeccionando sus conocimientos. De regreso a Cuba en 1939 y en específico a Cienfuegos, recibe en nuestra ciudad el título de «Ciudadano Distinguido» por los méritos que ya había alcanzado en las artes plásticas.
En 1951 se le encarga el monumento a las víctimas del «Mambí» que hoy se encuentra al finalizar el malecón.
Realiza un intenso trabajo pedagógico siendo profesor de diversas instituciones. En 1962 crea la Escuela Taller de Artes Plásticas de Cienfuegos y la Galería de Arte. En 1965 fue el responsable de la restauración ornamental del Teatro Terry que se ejecutara aquel año.
En ese propio año enferma sufriendo crisis nerviosas y ya recuperado fue trasladado a la Comisión Nacional de Monumentos en La Habana donde además se le facilita un local para su uso como taller de creación.
Se suicida el 21 de agosto de 1966, hizo ayer 54 años, y sus restos descansan en el Cementerio Tomás Acea de nuestra ciudad.
Fue un artista incansable y de prolifera obra.