huracán del año 1935 en Cienfuegos

El huracán del año 1935 en Cienfuegos

Amaneció el día 27 de Septiembre se 1935, hace hoy 85 años y para los cienfuegueros aparentaba ser un día como otro cualquiera. Los madrugadores ya estaban en camino a sus respectivos empleos y muy pocos sospechaban el peligro que se aproximaba a la ciudad.
Días antes, el 23 de Septiembre, se había formado en el Mar Caribe, al sur de Haití y al nordeste del Golfo de Darién un organismo ciclónico que casi de inmediato comienza a ganar en organización e intensidad y ya el día 27, debido a su elevada velocidad de traslación, se encontraba al oeste suroeste del occidente jamaicano siendo ya un huracán aunque aún de poca intensidad y por la dirección de su movimiento, comienza a amenazar a la región central de Cuba.
En la noche de ese propio día es que se recibe en Cienfuegos la noticia de amenaza de huracán, pero desde horas antes, en el Observatorio Meteorológico del Colegio de Nuestra Señora de Monserrat se habían empezado a recolectar datos que provocaban la alarma al apreciarse la disminución sostenida y paulatina de la presión atmosférica unido al aumento de la velocidad de los vientos.
Lo que había sido un amanecer habitual se vería convertido en una noche y madrugada que los vecinos de la ciudad nunca olvidarían.

Observatorio Meteorológico del Colegio de Nuestra Señora de Monserrat

En el Observatorio Meteorológico del Colegio de Nuestra Señora de Monserrat, más conocido en la ciudad como Los Jesuitas, las primeras horas de la madrugada del día 28 de Septiembre de 1935, hace hoy 85 años, fueron de una actividad intensa.
Se documentaba de forma irrefutable el aumento de la velocidad de los vientos al punto que a las 3 a.m. ya alcanzaban a los de un huracán pero que empezó a disminuir a partir de las 4 de la mañana, llegando a imperar en toda la ciudad una calma relativa mientras que la presión atmosférica llegó a 955.9 hPa, el valor más bajo registrado en todo el siglo en Cienfuegos hasta ese momento.
No había espacio para las dudas: Cienfuegos estaba en el vórtice del huracán.
La calma se extendió a 40 minutos, reiniciándose, a partir de las 5 a.m. aproximadamente, el azote de los vientos huracanados sobre la ciudad estimándose que éstos llegaron a alcanzar una velocidad de 202 km/h.
Ya a las 6 y 15 de la mañana la velocidad del viento había disminuido a un rango de entre 80 y 100 km/h y la presión atmosférica empezaba a incrementarse. Ello indicaba el alejamiento del Meteoro lo que se corroboró horas más tarde al volver a la normalidad todos los parámetros.
La ciudad y su gente habían vivido una noche infernal. Al amanecer las personas empezaron a ver, con dolor, las lamentables pérdidas de vidas humanas y los daños materiales ocasionados.

Secuelas de este Huracán para los Cienfuegueros

Fue muy larga la madrugada del 28 de septiembre de 1935 para los cienfuegueros. En la noche y la madrugada el viento fuerte no dejó de atacar a la indefensa ciudad y a sus habitantes que no lograban conciliar el sueño. Al amanecer, las gentes salen de sus casas para conocer sobre sus familiares y amistades, ver de cerca los daños ocasionados y brindar ayuda a los damnificados porque, no lo dude, esa siempre ha sido una característica del cubano de Cienfuegos.
Fue un huracán extenso con un diámetro del ojo estimado en 25 km, y en general, fue de poca lluvia, aunque en Perseverancia, Aguada de Pasajeros, el agua caída alcanzó los 315 mm.
Los daños fueron enormes. Se reportaron, entre muertos y desaparecidos, 60 personas y más de mil heridos, así como gran cantidad de casas destruidas siendo los barrios más afectados El Perché, Tulipán, Bonneval y O’bourke.
También la economía de la ciudad y de la región sufrió enormes pérdidas. Él 75% de la cosecha de café se perdió por solo citar un ejemplo y fueron destruidos muelles, almacenes e industrias.
En Cienfuegos y su jurisdicción los daños se valoraron en 12 millones de pesos de la época con una enorme cantidad de derrumbes totales y parciales en todo el territorio.
Sirvan estas tres publicaciones para recordar a las víctimas del Meteoro.
(Con la inestimable colaboración del meteorólogo Lic. Álvaro Pérez Senra)

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