calle de Santa Cruz

Otra de nuestras calles: calle de Santa Cruz

En los documentos fechados el 1ro de abril de 1820, cuando se concibieron las primeras 25 manzanas de la Colonia, ya la calle de Santa Cruz era una de las existentes.

No debe quedar dudas en cuanto al motivo de su nombre. Fue en honor a Don Agustín de Sta Cruz, el primer benefactor de Fernandina de Jagua, al donar las primeras cien caballerías de tierra para que en ellas surgiera la nueva población.

 

Diseño de la calle de Santa Cruz

 

Desde el inicio se diseñó surgiendo en el Paseo de Arango hacia el este, primero hasta el Paseo de Vives, y luego, al igual que las restantes calles, se extendió más al este. Hoy termina haciendo una intersección con la circunvalación de la ciudad, atravesando los barrios de La Juanita primero y Tulipán después.

Aunque no es de las arterias que nos lleva a la Plaza de Armas, corazón de la Colonia, si es de las que la bordea y por tanto sirvió de acceso y salida de la misma.

 

Algunos negocios y almacenes que existieron en la misma

 

Estando a escasas cien varas al norte de la calle de San Carlos, fue asiento de múltiples negocios y de almacenes, además de centros de recreación como cines.

Muy pocos recuerdan que en su intersección con la calle de Armada (65) la existencia del «Cine Martí». Algo más cercano a la calle de Gloria perdura la que fuera fábrica de refrescos «La Guinda» y más al oeste el Colegio de los Hermanos Maristas de primaria y el de las Dominicas Americanas que se mantienen ambos en igual uso. Más al oeste el que fuera Hospital Municipal y el Colegio Central en el lugar donde hubo un cuartel Español.

En las proximidades del Paseo del Prado, entre las calles de Tacón y Cristina uno de los dos storages que existían en esa arteria, ambos con surtidores de combustible.

 

Incremento en la importancia de la calle de Santa Cruz

 

La importancia de la calle de Sta Cruz para la ciudad de acrecienta cuando cruzando el Paseo del Prado hacia el oeste, comenzaban a verse diversos establecimientos e instituciones, tanto comerciales como culturales, y dentro de ellas «El Liceo» y el «Cine Trianón» en esa propia intersección. Varios metros más adelante una tintorería y un taller con sus bombas surtidoras de combustible, a la que seguía el Hotel Habana Club llamado después «Presidente», y frente a éste el Storage también con sus surtidores de combustible.

Cruzando la calle llegamos a la mueblería que en algún momento se llamó «La Valenciana», y más adelante, en la intersección con la calle de Hourritiner, el edificio que ocupó el Colegio del Apostolado y que fuera propiedad de Don Tomás Terry, y frente a éste la Farmacia de Clarita Chepe.

A partir de la calle de Hourritiner y siempre la dirección al oeste, la preponderancia en la calle de Sta Cruz la tenían los establecimientos comerciales y almacenes.

 

Otros establecimientos comerciales ubicados en esta calle

 

Sólo para ejemplificar recuerdo la mueblería «La Mina de Oro», y en la intersección con la calle De Clouet la que fuera la chocolatería «La Diana» en el siglo XIX, hoy «Mercado Habana», la tienda «La Nueva Esperanza», el Almacén de «Fernández y Compañía» y el Mercado Municipal. Frente a éste la panadería «El Gallo» y en la intersección con la calle de Sta Isabel, la Farmacia «La Purísima» de la que ya hemos hablado en ésta Página.

No olvidemos que en esa cuadra estuvo el Hotel «Roma» y la aún existente bodega «La Inglesita» y el comercio propiedad de la «Compañía de Intriago y Pons», así como la panadería «La Central» en la intersección con Bouyón.

*Autor del artículo: Cienfuegos y su Historia, publicado en su página de Facebook y reproducido en este sitio con su autorización.

(Muchas de las fotos de este trabajo son cortesía del Arquitecto Anibal Barrera)

One Comment

  • Marta María

    Me ha gustado el artículo. Por favor, me interesa saber algo de la historia de las bodegas de barrio, sus orígenes y características. Sé que hubo una en Santa Cruz y Cristina, cuyo propietario era José Suárez Rodríguez. Establecimientos muy modestos, pero parte esencial de la vida cotidiana de siempre. Saludos y gracias.

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