El Barrio de Reina, surgimiento de este importante barrio Cienfueguero

Situado al oeste de la que fuera la Colonia Fernandina de Jagua, el barrio de Reina no estaba incluido dentro de la idea inicial de ésta, la que solo llegaba hasta el Paseo de Arango.

Pero todo cambió a partir de 1836, año en que se decide trasladar el cementerio que se encontraba muy próximo a Cayo Loco, para aquellas tierras que hasta ese momento estaban prácticamente deshabitadas.

Es así que en el plano confeccionado en 1839 por Alejo Helvecio Lanier, se muestra la situación del nuevo cementerio y además, la prolongación hacia el oeste de la calle de Dorticós a partir del Paseo de Arango. No podemos olvidar que también en ese plano se marcaba el espacio de lo que sería una nueva plaza para la Villa y la continuidad de los viales hacia Punta Majagua al sur y Punta Arenas al oeste.

Surgimiento del Barrio de Reina

El barrio que allí surgió, actual barrio de Reina, fue nombrado inicialmente «Paradero» y fue asiento de personas humildes que se dedicaban al trabajo en el puerto, a la pesca y a la marinería fundamentalmente de cabotaje.

A partir de 1857 el barrio de Reina fue tomado como la zona industrial de la ciudad. En ese año se inicia allí la instalación de una fábrica de gas que seria la fuente inicial para el alumbrado de la ciudad.

Luego, en 1861, se construyó en áreas cercanas a Punta Majagua, el primer varadero de la costa sur de Cuba.

Pero la construcción de esas pequeñas industrias no paró ahí. A esa zona llegó después la instalación de fábricas de jabones, velas, refrescos, helados y pienso. También hubo carboneras, alambiques y almacenes de variado uso.

Esa porción de la ciudad estuvo muy vinculada a su sistema portuario y ejemplo de ello lo fueron el «muelle de hierro» o de los ferrocarriles y el llamado por muchos «muelle largo». Fue también asiento de los remolcadores, patanas y grúas que se utilizaban en el puerto.

Su nombre actual, el barrio se lo debe a que al ser ensanchada la calle de Dorticós a partir del Paseo de Arango para el paso de los cortejos fúnebres hacia el cementerio, recibió el nombre de «Paseo de la Reina» y se comenzó a obviar el nombre de «Paradero» que era el oficial. No obstante, el nombre de esa calle cambió luego por el de calle de Rafael Cabrera, denominación que no se arraigó en la población.